Este no va a ser un post sesudo, no me apetece. Este post es una invitación a la reflexión, para el que quiera y le dé la gana, a mí me da igual. Porque una invitación es un regalo, no una imposición. Tampoco hay que tenerle miedo. Os la ofrezco porque para mí es valiosa. Y aquí la dejo y aquí se queda, porque igual no os interesa hoy, pero sí mañana. Aquí estará, esperándoos.
El que me lea más o menos habitualmente se habrá ya dado cuenta de que estoy pasando una época de desencanto a gran escala. Pasará, no estoy preocupada. E incluso me apetece porque me está permitiendo abrirme a nuevas ideas y reiniciar también mi propio mundo. Así que no os preocupéis. Pero a lo que iba, que esta crisis a mí me está resonando a muchísimo más que a economía. Para mí está crisis es de valores, es institucional, es el resultado de unos planteamientos y un sistema que se han agotado en varios puntos. Ya está, no pasa nada, ¡asumámoslo con toda la paz! Si algo me gusta de las empresas tecnológicas es que lanzan su producto y le ponen una numeración que asume y lleva implícita un camino de perfeccionamiento: "1.0" Y, a partir de ahí, ¡¡venga de actualizaciones y de mejoras y de eliminar y quitar cosas del producto piloto!! Así debería ser todo y no tener tanto miedo a cuestionar las cosas y a mejorarlas, eliminado o cambiando de rumbo si hace falta. Pero no, aquí cualquier cuestionamiento es tachado de anti-sistema, utópico, idealista, rebelde o perroflauta. Estoy harta de tanta vaca sagrada. Por eso también me gusta el mundo de los emprendedores, que se lanzan a montar una empresa y, si fracasan, la cierran pero han aprendido un montón. Y al tiempo, la mayoría suele montar otra o meterse en otro proyecto. Y, al final, dan con eso que les funciona. Porque se toman los fracasos como oportunidades de aprendizaje. Y punto.
En fin, vayamos al grano, que había prometido que no me iba a extender y no quiero incumplirlo, que eso tiene muchas más consecuencias de lo que imagináis. Últimamente he tenido la oportunidad de ver y leer contenidos relacionados con la educación que me han encantado. Y me han llevado a pensar que quizás el tema de debate no son tanto los presupuestos o cuántos alumnos por aula, que quizás deberíamos hacer el ejercicio de empezar a validarlo todo desde el inicio, desde los básicos, desde lo que ahora sabemos. Que igual no tenemos que esperar a que lo hagan las instituciones. Que quizás, si nos molestamos en informarnos, podemos ir haciendo ya algo (recomendación especial para los que tengan hijos, vosotros podéis suplir lo que no les está dando el sistema). Aquí van:
- "La educación prohibida". Una película documental que se propone cuestionar las lógicas de la escolarización moderna y la forma de entender la educación, visibilizando experiencias educativas diferentes, no convencionales que plantean la necesidad de un nuevo paradigma educativo. Se trata de un proyecto realizado por jóvenes que partieron desde la visión del quienes aprenden y se embarcaron en una investigación que cubre 8 países realizando entrevistas a más de 90 educadores de propuestas educativas alternativas. La película fue financiada colectivamente, gracias a cientos de coproductores y tiene licencias libres, que permiten y alientan su copia y reproducción. La Educación Prohibida se propone alimentar y disparar un debate reflexión social acerca de las bases que sostienen la escuela, promoviendo el desarrollo de una educación integral centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje. #muyfan
- El reportaje publicado en El País respecto a este película os permitirá escuchar a sus críticos y otros puntos de vista, para que no me acuséis de partidista: "Una película para derribar la escuela". (Dejaremos para otro día el amarillismo de los titulares, ¿vale?)
- Redes - Educar para fabricar ciudadanos. El programa de ese conocido anti-sistema que es Eduard Punset viaja a Washington con el siguiente planteamiento: "¿Hacia dónde ha de evolucionar nuestro sistema educativo para formar a ciudadanos capaces de afrontar los retos de este siglo? Tanto la ciencia como la tradición contemplativa budista tienen mucho que decir al respecto.¿Por qué no unirlas para que se enriquezcan mutuamente y aporten soluciones? Redes ha presenciado un excelente debate sobre las necesidades de la educación de nuestros hijos".
Pues ya está, ya tenéis para un rato. Me encantaría que me recomendaráis nuevos contenidos para seguir alimentando el debate.
PD: Gracias a Javier Arza y Stefanía García por recomendarme, directa e indirectamente, los contenidos.