12 de octubre de 2013

"Elegí ", de Rudyard Kipling

No quise dormir sin sueños
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
de quien no desea nada más que sobrevivir cada día.

No quise vivir en la angustia
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.

No quise vivir cansado
Y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosas, compartido,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.

No quise huir
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.

No pude olvidar mis fallos
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.

No quise vivir solo
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.

Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.

Y elegí, al menos, cómo vivirla.
Elegí los sueños para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.

No quise vivir muriendo
y elegí la vida.

Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija…
…porque moriré viviendo.

Gracias Belén Marquina por compartir este poema. 

2 de abril de 2013

¿Tengo una mentalidad emprendedora?

Si te estás planteando emprender, es conveniente que sepas que, además de los conocimientos técnicos de marketing o finanzas, es recomendable trabajar también nuestras propias habilidades y competencias personales, tal y como explica el post Coaching para emprendedores
Mapa de los Sueños (Inkwovation)
En este post, analizamos cuáles son las áreas de mejora más frecuentes para este tipo de personas (con la colaboración de los coaches César Fernández y Belén Marquina):
  • Motivación: Tradicionalmente se emprendía por “vocación” pero hoy hay muchos que lo hacen por “necesidad”: “estoy en paro y no encuentro trabajo”; “no quiero tener jefes”; “quiero realizarme y no puedo en mi empresa” o “quiero conciliar mi vida laboral y personal”. Todas son válidas pero es importante verificarlas para tener clara la compensación en los momentos de mayores dificultades.
  • Expectativas: Reflexionar sobre lo que se espera conseguir puede evitar frustraciones en el futuro. No es lo mismo querer hacerse millonario que simplemente ganarse la vida. Este ejercicio también aporta prudencia, ya que muchas veces el papel “lo aguanta todo” pero no así la realidad. 
  • Miedos y gestión del riesgo: Constituyen los grandes frenos del emprendedor y muchas veces son invisibles porque forman parte de su sistema de creencias. “¿Qué pasa si fracaso?”; “¿Seré capaz?”; “¿Y si lo pierdo todo?”, “¿Me volverán a contratar en una empresa si no lo consigo?”. Es importante dar la vuelta al concepto de “fracaso” y conseguir verlo como un aprendizaje necesario para continuar generando oportunidades.
  • Habilidades y recursos: Se trata, por un lado, de identificar, poner en valor y potenciar las fortalezas que ya se posee (por ejemplo conocimiento, experiencia o relaciones) y, por otro, detectar aquellas habilidades o recursos que es necesario desarrollar. También es recomendable analizar las oportunidades y aspiraciones, “¿de qué quieres estar orgulloso dentro de unos meses?”. Y, por supuesto, la confianza, ser capaces de construir un generador interno de energía positiva que se retroalimente a lo largo de todo el proceso
  • Plan de acción y resultados: Además de elaborar y comprometerse con un plan que coordine todas las acciones necesarias, también es recomendable preguntarse: “Si todo este escenario ideal se cumpliera, ¿qué tipo de resultados se obtendrían?
Este vídeo de la consultora Inknowation lo resume a la perfección:


Nota: Este post es parte del reportaje Coaching para emprendedores, publicado en el nº 13 de la revista corporativa de Renta 4.

1 de febrero de 2013

Coaching para emprendedores

Para montar una empresa no solo hay que tener una idea de negocio y conocimientos técnicos de economía o marketing. También se necesita una sólida actitud personal y estar preparado mental y emocionalmente para superar todas las etapas del proceso sin tirar la toalla. Eso es lo que puede aportar el Coaching a los emprendedores.

Foto publicada en Abcoach.es
El diccionario de la RAE define “Emprender” como acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran una dificultad o peligro. Iniciar un negocio siempre ha implicado un riesgo pero, en esta época de crisis e incertidumbre, parece que la última parte de la definición ha adquirido aún más relevancia. Quizás por eso los emprendedores están ahora mismo de moda, por ser esas personas que se la juegan cuando más arrecia la tormenta y nadie garantiza el éxito de la aventura. Y quizás por eso también son muchos los servicios que han surgido alrededor de este perfil: asociaciones, viveros, escuelas de negocio especializadas, instituciones públicas de apoyo... Pero, ¿son suficientes para que la aventura llegue a buen puerto

Además del plan de negocio, emprender necesita de otros elementos que residen en el propio emprendedor y que tienen que ver con habilidades personales, sociales e incluso con el estado de ánimo: creatividad; gestión de la incertidumbre; gestión del estrés; comunicación con colaboradores, socios e inversores; auto-motivación y motivación de otros; tener y generar confianza; coraje; y un estado de ánimo de ilusión”, explica Carlos Martínez, ingeniero en Telecomunicaciones y Coach, en su artículo “El valor para emprender”. “Es muy español lo de centrarse en el plan de marketing o el financiero, en lo de fuera, y no en la parte actitudinal. El que descubre su importancia, lo pide”, afirma Diego Martos, director de Di Towanda, una empresa de formación de liderazgo a través de técnicas teatrales y clown. 

Formación/Mentoring vs Coaching

¿Cómo adquirir esas habilidades? La formación y las charlas son la forma más común pero tienen sus limitaciones.Puede ser como hinchar un globo, la gente sale de los talleres muy inspirada y motivada pero luego se va desinflando con las dificultades del día a día, explica Francisco Bedmar, Coach Ejecutivo y profesor asociado de Dirección Estratégica y Política de Empresa en la Universidad de Huelva. 

Hay otra modalidad, el mentoring, en la que un emprendedor de éxito asesora a otro desde su experiencia. “Es muy interesante porque le aporta mucho bagaje técnico y consejos prácticos. Pero no se centra tanto en la persona de manera individual, explica César Fernández, presidente de ICF-España (International Coach Federation).

Para eso está precisamente el Coaching, una metodología que se aplica a cualquier persona que desee liberar su potencial y llevar su rendimiento al máximo. “Lo más importante para un emprendedor es el asentamiento de unas bases sólidas personales sobre las que edificar su proyecto. Eso implica una mejora global del individuo, cubrir el vacío existente entre su situación actual y la deseada, y ayudarle a darse cuenta de que tiene numerosas herramientas internas disponibles, una especie de ‘versión 2.0’ esperando a ser revelada, explica Esther Roche, Coach y CEO de la empresa End2End Coaching.

Lo característico del Coaching respecto al resto de disciplinas es que se realiza en un plano de igualdad: el coach es experto en el procedimiento y el cliente es el que más sabe de sí mismo y de su vida. “Es un aliado muy potente porque te invita a que seas tú quien descubra tu propio camino. Que te lo den hecho no funciona. Te ayuda a plantearte las preguntas adecuadas, que son las que te llevan a las respuestas efectivas”, indica Mª Jesús López Laderas, que está montando su negocio Tu escritora personal de la mano de uno de estos profesionales. En la misma línea se expresa Teresa Perucho, directora de Genyca Innova Análisis y Diagnostico Genético. “Yo inicié un proceso de coaching a los 5 años de haber creado mi empresa y me sirvió muchísimo para volver a marcarme objetivos, esta vez más concretos, alcanzables y medibles”.

¿Es para mí?

Gráfico de yoriento.com
Todos los emprendedores entrevistados lo recomiendan al 100%, aunque advierten de que hay que estar preparado. “Si el que lo recibe no se implica, de poco servirá”, explica Valle Fernández, que también ha contado con un acompañamiento de estas características para montar su empresa de seguridad informática Encifra. “Tiene que ser una persona abierta al cambio y que entienda el aprendizaje como una forma de mejorar sus actuaciones en cualquier aspecto de su vida. Personas dispuestas a mejorar mediante la confrontación de sus dudas y miedos, en lugar de evitarlos”, aclara Esther Roche.

Lo más habitual es contratar a un Coach particular o empresa pero también existen algunas iniciativas que lo incluyen dentro de su oferta formativa, como el Programa LíderA de la Comunidad de Madrid o el Programa para Emprendedores de CIVSEM

Nota: Reportaje publicado en el nº 13 de la revista corporativa de Renta 4